victorrobi

El enésimo cambio de rumbo de los australianos nos trae un disco de rock blusero. Posiblemente, los más acérrimos dirán que no suenan a ellos mismos. ¿Qué estilo es el suyo si hacen de todo? Lo que queda claro es que tienen muchísimo talento; toquen el género que toquen, lo hacen de manera notable, rozando el sobresaliente. En este caso, no es para menos en un disco que va acelerando y termina con esa descarga eléctrica que es “Daily Blues”.

Son una de las bandas del siglo XXI y, con cada trabajo nuevo, lo confirman un poquito más. Así que solo podemos decir: ¡larga vida a los lagartos!

Su álbum debut ya fue un soplo de aire en la escena indie y con este álbum que suena por momentos a Wilco, Pavement, Spoon o el powerpop de Velvet Crush han consolidado su propuesta. No es un disco de hits sino un viaje a disfrutar de manera pausada en el cual es importante respetar el orden para entender los altibajos, acelerones y distorsiones que los holandeses nos proponen.

Como si fueran los reyes Midas de la música, todo lo relacionado con King Gizzard se convierte en algo reseñable (como oro). En este caso, se han unido una de las almas principales de ese proyecto, Jay Watson, con el músico Jay Watson para regalarnos un disco con un sonido mucho más claro, inspirado en la psicodelia de Pond o Tame Impala, añadiéndole toques de garage y blues por parte de Kenny-Smith. Además, las letras tratan sobre la superación de momentos difíciles en la vida de Ambrose. En general, es un disco muy disfrutable que resulta más accesible que los que realiza con su banda principal.

¿ Se puede hacer lo mismo de siempre y seguir cautivando? Pues eso justo es lo que han conseguido Greg Gonzalez no innova pero sigue enganchado en esa atmosfera meláncolica que rodea a todos los temas con su letras tristes. Si te gustarón los anteriores discos no te defraudará si lo que sacarón antes no encajo mejor dejalo pasar

Se puede hacer un disco mezclando funk, rock y electronica alternativo al más puro estilo LCD soundsystem, pues si y es lo que consigue peace en este brillante álbum debut. El disco parece sacado de la banda sonora de un FIFA por su ecletimo y su calidad

Casi una década después de su álbum debut, Nathaniel Rateliff & The Night Sweats regresa con "South of Here". Aunque su éxito inicial fue el melocotonazo "S.O.B.", en este disco exploran ritmos más pausados, inclinándose hacia el folk. La canción "Remember I Was a Dancer" muestra letras reflexivas, mientras que también se aprecian influencias de soul y country, lo que representa un avance para la banda. A pesar de esta evolución, la esencia enérgica y festiva de la banda sigue presente, especialmente en los dos últimos temas del disco. Parece que al final de la reflexión, nos damos cuenta de que hay que celebrar la vida.

Con los adelantos de "S!CK" y "MORE", ya podíamos predecir que si el resto del álbum estaba a esa altura, estaríamos ante uno de los discos del año en el género del rock. Y así lo han confirmado con "Keep Me Fed". En las 12 canciones que componen el álbum, encontramos letras agresivas y enérgicas que te atrapan desde el primer tema hasta "Automatic Sun", el melocotonazo con el que cierran el disco.

Mas de lo mismo, lo cual esta bien porque esas guitarras son hipnoticas pero sin nada nuevo que ofrecer

La prolifica escena indie rock de nueva York ataca de nuevo con un sonido entre ese post punk tan de moda en las islas británicas con shoegaze o el mejor rock alternativo que por momentos recuerda a dinosaur jr. Todo esto acompañado de unas letras llenas de rabia contra esta sociedad individualista que nos aisla.

De lo mejorcito que ha salido del indie nacional este año, bebiendo de diferentes grupos.

Atentos a cómo se desarrolla el fenómeno del año