En “House of cards” me pasa siempre lo mismo. Dura más de cinco minutos y tiene un ritmo lento y pegajoso, pero cada vez que miro el avance del tema le quedan 15 segundos para terminarse.
Que la chica se propusiese sacar un álbum donde todos los temas fuesen potencialmente singles y que no sólo lo consiguiera, sino que los más flojos puedan mirar por encima del hombro a algunos que publican otros…