Le he dado muchísimas vueltas a este disco y es, sencillamente, buenísimo.
Una de esas cosas que poco a poco van atrapándote y, de repente, te das cuenta de que había mucho más de lo que pensabas en el Death Metal y, concretamente, en el Death Metal técnico. Uno de mis más recientes crushes.
Sediento (o hambriento) de buen Death Metal llegué a este disco por alguna oscura newsletter de esas de la que ahora abundan. Es un sorpresón, un disco agresivo, violento, pero muy contundente, una sonoridad que va de la mano con la virtuosidad. Eso sí, yo no estoy aquí por las letras, sino por el desgarro gutural que acompaña la descarga de estrés. Sí, vengo acá a desahogar.
Este tipo de metal, en mi caso, en pequeñas dosis. Pero esto… El disco de metal extremo del año. Ejecución, técnica y agresividad en su máxima expresión. La banda sonora del averno.