Sunday Morning Put-On

by

Andrew Bird Trio

Andrew Bird se ha metido de lleno en el jazz con Sunday Morning Put-On, y contra todo pronóstico, ha logrado que un disco de versiones clásicas sea… bueno, sorprendentemente encantador. Es como si hubiera decidido pasar de querer impresionar a los críticos y simplemente relajarse con su violín en mano y una taza de té al lado, mientras nos demuestra que, sí, puede hacer jazz, y además hacerlo bien.

Este álbum es el equivalente a ese amigo que se viste de manera impecable sin esfuerzo aparente, pero nunca te hace sentir mal por no estar a su nivel. Bird agarra esos clásicos del Great American Songbook y los interpreta con la sutileza de quien sabe que no tiene nada que demostrar, pero aun así consigue que prestes atención. “I Fall in Love Too Easily” podría haber sido otra versión más para el montón, pero de alguna manera su voz cálida y la delicadeza de la instrumentación lo convierten en un abrazo sonoro que no esperabas necesitar.

Y claro, no podemos olvidarnos de “Ballon de Peut-être”, porque ¿qué sería un álbum de Andrew Bird sin algo que nos recuerde que sigue siendo un músico de lo más peculiar? Este tema original es como una bocanada de aire fresco, justo cuando pensabas que el disco se estaba acomodando demasiado. Bird aquí se permite explorar, pero sin dejar de lado ese toque de elegancia que permea todo el álbum.

Lo mejor de Sunday Morning Put-On es que no pretende ser más de lo que es. No trata de reinventar el jazz ni de competir con los grandes, sino de rendir homenaje con estilo propio. Es un disco que puedes poner una y otra vez, y cada vez te hará sentir como si estuvieras envuelto en una manta suave mientras afuera llueve.

Así que sí, Andrew Bird ha hecho jazz. Y lo ha hecho a su manera, con toda la clase y el talento que siempre ha tenido, pero sin el típico aire pretencioso. Sunday Morning Put-On es un recordatorio de que a veces, la verdadera genialidad está en saber cuándo relajarse y dejar que la música hable por sí sola. Y Bird, una vez más, nos deja claro que él habla ese idioma a la perfección.